divendres, 17 d’agost del 2012

Aquella carta del tarot...


Diuen les males llengües que no hi casualitats sinó que hi ha causalitats. Aquell dia ALGÚ va agafar les cartes del tarot Osho Zen i es va fer una tirada per consultar sobre les seves relacions, una tirada que ofereix una "mirada ràpida sobre la teva relació amb l'altre, ja sigui el teu cap, amant, amic, germà, pare...". A la tercera carta, que és la de “les energies compostes”, li va sortir la de l’“amigabilitat". Quan ALGÚ va agafar el llibret per saber ben bé què volia dir aquesta carta, hi va llegir el següent.

“Las ramas de estos dos árboles en flor están entrelazadas, y los pétalos que caen se mezclan en el suelo formando un tapiz de bellos colores. Es como si el cielo y la tierra estuvieran unidos por el amor. Pero ambos permanecen como individuos, cada uno enraizado en el suelo, con su propia conexión con la tierra. De esta forma representan la esencia de los verdaderos amigos, maduros, a gusto el uno con el otro, naturales. En su relación no existe prisa ni necesidad de ningún tipo ni deseos de cambiar al otro en algo diferente. Esta carta indica una buena disposición de tu parte para entrar en una amistad de esta clase. Entretanto puede que te des cuenta de que ya no te interesa más meterte en todo tipo de dramas y romances en los cuales los otros están ocupados. Esto no es una pérdida, es el nacimiento de una cualidad mayor y más amorosa, fruto de la experiencia de la plenitud. Es el nacimiento de un amor que es verdaderamente incondicional, sin expectativas ni demandas.

Primero medita, sé dichoso; luego, el amor sucederá por sí mismo. Luego, estar con otros es hermoso, y también lo es estar solo. Por tanto, asimismo, es simple. No dependas de otro y no haces que otros dependan de ti. En este caso siempre existe una amistad, una amigabilidad. Nunca acaba en una relación; siempre en un “relacionarse”. Te relacionas pero no creas un matrimonio. El matrimonio surge del miedo, el relacionarse surge del amor. Te relacionas mientras las cosas se dan bien, compartes; y si ves que ha llegado el momento de partir porque los caminos se separan en una encrucijada, dices adiós con mucha gratitud por lo que el otro ha significado para ti, por todos los gozos y todos los placeres y todos los hermosos momentos que has compartido con él, sin sufrimiento, sin dolor; simplemente te separas.” (Osho, the White lotus, cap. 10)

A mesura que anava llegint, la cara d’ ALGÚ s’anava transmutant en un gest d’incredulitat. Com podia que hagués sortit aquesta carta? Era això el que feia dies intentava explicar-li? Sí, ho devia de ser. Ara ho entenia. Ara sabia què li havia volgut dir. I en llegir-ho, ALGÚ fins i tot hi estava d’acord i entenia que la relació havia de ser així. 

Al cap d'unes hores, PM va poder comprovar que entre la teoria i la pràctica a vegades encara hi ha un solc massa profund.

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