Joan Garriga és psicoterapeuta
especialista en gestalt i PNL que fa poc ha publicat un llibre que es diu El
buen amor en la pareja. Fa uns dies li van fer una entrevista per a La contra de La Vanguardia i hi deixa anar
unes quantes perles que valen molt la pena. Us transcric uns quants fragments
de l’entrevista:
¿Necesitamos pareja?
Anhelamos un vínculo que nos reporte pertenencia, intimidad,
sexualidad y crecimiento
¿Y la pareja nos lo da?
Sí, pero hoy queremos que la pareja sirva al yo… y eso lo
complica todo
¿Mejor solo que mal acompañado?
Sí…, ¡pero casi todo el mundo prefiere “mal acompañado”!
Solemos preferir algún vínculo…, ¡aunque sea de mal amor!
¿Qué hacer para tener buen amor?
Hay cuatro etapas. Primera enamoramiento: “Me mueves mucho…,
pero te veo poco”.
Segunda relación: “Ya te veo mejor, ¡y aun así te elijo para caminar juntos!”.
Tercera
Compromiso. “Estamos creando algo más importante que nuestras familias de origen y parejas
anteriores”.
¿Y cuarta?
Entrega. “¡Te quiero a ti y a lo que a ti te dirige!”. Este
ya es un amor muy desarrollado…
¿Por qué?
Es el deseo espontáneo de que el otro sea feliz. ¡Eres feliz
en la plenitud del otro!
Palabras mayores ¿no?
¡Sí! Entre tanto importa que sepamos esto: nadie, ¡nadie!,
puede hacerte feliz. Y que nadie, ¡nadie!, puede hacerte infeliz.
¿Entonces?
Tu felicidad sólo depende de tu conexión íntima con tu ser
interior.
[…]
Deme algún ejemplo de mal amor.
“Sin ti no podría vivir”, le decimos a nuestra pareja, como
si fuésemos niños. ¡Mal amor! Buen amor: “Sin ti también me iría bien”… pero
como adulto, elijo estar contigo. “Te quiero por ti mismo”, decimos, ¡y no es
bueno!: el buen amor consiste en “te quiero… a pesar de ti mismo”, es decir, el
buen amor acepta las sombras del otro, acoge y lima las asperezas de los egos
que se encuentran.
Siga, siga…
“Quiero pareja”: ¡mal amor! Abandona la demanda… ¡actúa!:
“Mejor me preparo para ser pareja”. Encuentra tu modo de ser buen compañero… y
lo demás vendrá solo.
[…]
¿Toda pareja es una relación de poder?
¡No! Es cooperar, es que uno y uno sean más que dos. Mal
amor: “Te lo doy todo”.
¿Por qué?
Dar mucho puede originar en el otro un sentimiento de deuda,
y empequeñecerlo. Ya no hay igualdad. ¡Da lo que el otro pueda devolver sin que
tenga que perder la dignidad!
¿Y si una parte pide: “Dame más”?
Puede que esté anclada en un guión de insatisfacción que se
nutre de demanda: le des lo que le des, ¡será siempre insuficiente!